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Nota Diario Rio Negro  20 de Agosto de 2005

Una estación que reúne al arte en Bariloche
La Estación Araucanía cumple su primer año en Bariloche y no le alcanzará una sola jornada para celebrar la convocatoria lograda y los amigos ganados, así que lo hará con un festival.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- A pocos meses de su inauguración -el 28 de agosto de 2004- la Estación Araucanía se convirtió en un referente indiscutible del arte y la cultura en un lugar impensado para la multiplicación de expresiones artísticas: "los kilómetros".Para compartir ese "éxito inesperado" Carlos Gatti y Silvia -propietarios, productores del multiespacio y cálidos anfitriones- decidieron realizar un festival de arte que, en tres días, reunirá en el salón a los "viejos amigos" con nuevas propuestas.

Carlos Gatti, habló de la propuesta
Más de 30 músicos, cantantes, bailarines, actores y plásticos retornarán al escenario de la "Estación" para "festejar con todo". Carlos Gatti explicó a "Río Negro" que la propuesta "es una puesta súper fuerte que busca sintetizar lo ocurrido a lo largo del año en tres días y reunir a los artistas que nos acompañaron más gente nueva, cada uno con una temática distinta"
La Estación Araucanía fue concebida como un "lugar de encuentro", incluso desde su perfil arquitectónico que se inspiró en las terminales ferroviarias de pueblo donde la gente se reúne para iniciar o terminar un viaje. Nació sin mayores pretensiones y, rápidamente, superó las expectativas de sus impulsores.

"El balance de este primer año es muy bueno, superó con creces lo que imaginábamos y ahora el punto es dónde nos paramos para continuar creciendo sin perder la calidad, porque el objetivo inicial fue que lo mucho o poco que se hiciera fuera de calidad para el público" señaló Gatti.Su sello distintivo fue, en principio, el armado de ciclos de cine temáticos con películas que no se consiguen en la región proyectadas con alta calidad en una sala ambientada como café concert. Además de meca para los cinéfilos, la Estación Araucanía se convirtió en parada obligada para músicos, plásticos, fotógrafos, bailarines y otros artistas que encontraron un lugar alternativo con multiples recursos.El éxito del multiespacio se alimentó de la "avidez" de arte y esparcimiento de los habitantes del oeste, pero se acentuó por el modo particular con que Carlos y Silvia abrazaron las distintas propuestas artísticas y promovieron el intercambio con los actores culturales de Bariloche y las localidades cercanas.